top of page

PROYECTO YACHAY

En los años ´90 formé parte del CEISI (Centro de Estudios e Investigación Sobre la Infancia), asociación civil sin ánimo de lucro que trabajaba por el cumplimiento de los derechos de los niños y niñas en Argentina y América Latina. El CEISI estaba integrado por un equipo multidiciplinar donde las diferentes profesiones estaban al servicio del fin institucional. Desde el área audiovisual trabajamos para que la imagen cumpliera con la función social que cada acción requiriera.
 
En 1995, convocados por OCLADE (Obra Claretiena para el Desarrollo), participamos en el “Proyecto Yachay (el que aprende)” cuyo propósito era el fortalecimiento de las comunidades rurales de la Quebrada de Humahuaca y Valles Salteños (Noroeste argentino), específicamente en capacitación de madres cuidadoras para la estimulación psicosocial de niños y niñas de 0 a 8 años.
 
La función del CEISI fue la de crear y dirigir la propuesta metodológica que permitiera a las madres cuidadoras reconstruir la historia del proyecto y los avances alcanzados desde su inicio. Para  ello utilizamos el recurso fotográfico para el proceso de reconstrucción y el audiovisual como medio expresivo y narrativo de las conclusiones.
 

El trabajo visual constó de 4 etapas,: las dos primeras se desarrollaron en los poblados de San Isidro, Campo Carreras y Pueblo Viejo y consistieron, por un lado,  realizar un registro fotográfico (que verán en este libro) y audiovisual de los integrantes del proyecto Yachay, su hábitat, sus vidas cotidianas, y especialmente la actividad en los centros infantiles,  y por otro: documentar las actividades que desarrollaron las madres con los niños y niñas, desde sus propias miradas, para lo cual se las proveyó de cámaras fotográficas.


La tercera etapa consistió en actividades de taller (en la abadía de Yavi, Jujuy) donde las madres trabajaron con la producción fotográfica, que previamente se reveló y positivo para dicha actividad.  Con el material esbozaron el guión de un video que narró el proceso del “Proyecto Yachay” y que se realizaría en la última etapa.
 
A nivel personal y profesional fue una experiencia especial y enriquecedora. Aprendí de la solidaridad y sensibilidad de esas mujeres increíbles y el alcance del trabajo colectivo. Comprobé también que la imagen, asociada con otras disciplinas, potencia sus posibilidades y alcanza una función social real y mensurable. Esa fue mi gran satisfacción.

bottom of page