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SIROCO
De repente se escucharon gritos, salimos del centro de salud donde estábamos trabajando y Sidahmed (el chófer de la ambulancia) nos dice que nos vayamos.
-Un siroco- dice cuando subo y le pregunto qué pasa. Y con el susto en el cuerpo nos dirigimos a nuestra casa.
De camino se veía una cordillera de arena acercándose. Al ver a la gente tranquila y riéndose me fui serenando, me dijeron que el Siroco se acercaba lentamente, por lo que no había de que preocuparse.
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